Se tiene que llevar a cabo un cambio en el modelo de vida actual. El consumo nos está autodestruyendo: como planeta, pero también como individuos
Tenemos unas necesidades, no básicas, impuestas a través de
la publicidad y de los medios de comunicación. Necesitamos, tal y como nos
indica el nombre, satisfacerlas. ¿Cómo? Consumiendo el producto o servicio.
De esto se trata nuestro modelo de vida actual. Pero hay un
gran problema, los productos y servicios que se consumen se tienen que
producir, para producir se necesitan materias primeras y estas se están agotando.
En resumen: estamos en un modelo de vida finito, que tarde o temprano tendrá que
desaparecer, además de estar agotando los recursos naturales del planeta, que
son finitos.
Pepa Aguilar, bióloga y miembro de Ecologistas en acción, tiene
claro que vivimos en un
mundo finito, en el cual la falacia del crecimiento continuo es imposible solo
hay un camino posible “vivir mejor con menos”.
Y para esto se necesita un cambio, no solo económico, sino
también social. Serge Latouche, economista y teórico del decrecimiento, argumenta
posibles caminos hacía un decrecimiento, como la localización de la economía, la
producción a escala local y sostenible, la desindustrialización, el
fin del modelo de transporte, el fin
del consumismo y de la publicidad¸
la des urbanización, el fin del
salario máximo, y un largo etcétera de ítems que darían un cambio en
nuestra sociedad, volviéndola más sostenible.
Claro que sobre papel se ven las cosas muy fáciles, pues hay
barreras que superar: hay niveles de resistencia con los que se tiene que
luchar para poder conseguirlo:
- El individual
- El de las alternativas colectivas (organizar otras formas de vida)
- El político (definición de otra sociedad)
Primero tenemos que tomar consciencia como individuos sobre
el nivel de consumismo que tenemos cada uno de nosotros y valorar si es ético y
sostenible con el futuro, del planeta pero también de las generaciones que están
en porvenir.
Debemos
tener claro que otro mundo no solo es posible, sino que tenemos que hacer para
que exista. Pepa Aguilar, comenta que “Latouche ha vivido en África y
aporta sus reflexiones sobre el fracaso al querer implantar allí el modelo de
desarrollo occidental, indicando que en África existe un funcionamiento
paralelo aeconómico, basado en lo social, las
relaciones con la familia, las amistades, la religión, los vecinos, la
obligación de dar y compartir, recibir y devolver, etc. las prácticas
milenarias de negociación, donación, regateo ó intercambio”.
Es hora de salir de este modelo
de vida equivocado y limitado para poder emprender otro que conlleve más
sostenibilidad a nivel medioambiental y a nivel cultural también.
Pongamos
un ejemplo
El consumismo no nos hace más felices, aunque nosotros pensamos que sí. Al fin y al cabo nos crea una dependencia hacía lo material, que por otra parte
no es imprescindible para vivir. Un ejemplo de ello podrían ser los móviles: el
nuestro actual modelo de vida es imprescindible vivir con un móvil. Y mucho,
pero mucho mejor si es con internet. Porque si no tienes internet en el móvil
lo acabarás “necesitando”.
Y también es imprescindible ir
cambiando de modelo de móvil a medida que determinada compañía lanza, al
mercado, la última sensación. La gente acaba acumulando móviles, que no usa. Es
una estrategia comercial maligna, bajo mi punto de vista.
Pues bien, hay una materia
primera esencial para construir nuestros móviles, nuestros ordenadores ó
videojuegos. Es el Coltan. Un mineral que se encuentra en la República
Democrática del Congo y que causa radioactividad, lo que es causa de
enfermedades irreversibles entre los trabajadores, que por otra parte tampoco trabajan bajo unas buenas condiciones laborales.
Aquí
tenéis un video donde se explica mejor las consecuencias de la explotación de
las minas del coltan. Este es solo un ejemplo de que el actual modelo de vida
es insostenible y que, además, la pagan aquellos que no son causantes de ella.
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