Según la antropóloga Lola López, no toda la cooperación al desarrollo que llevan países norte con países sur, es buena. Es la nueva cara de la colonización.
Muchas veces la cooperación, aunque sea sin
querer, introduce la riqueza y las desigualdades allí donde no se concebían.
La cultura es el pretexto de la identidad
como sociedad. En la declaración de México de 1982, la Unesco definió que la
cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre si mismo. Es ella la que
hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y
étnicamente comprometidos. A través de ella, discernimos los valores y efectuamos
opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma consciencia de sí mismo,
se reconoce como proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias
realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones y crea obras que trascienden.
Tal y como resume Lola López, a través de la
cultura damos un significado a nuestra existencia e interpretamos la realidad
que nos rodea.
¿Podríamos decir que nuestra cultura es la
culpable de las cosas que nos rodean vayan así de mal? Yo no sería tan
optimista. Empezaría por comenzar a reconocer que es el antropocentrismo que crea occidente: en la parte “norte” estamos auto
convencidos que el ser humano es el centro del universo, de nuestra realidad. Y
no nos damos cuenta de que existen culturas no antropocéntricas.
Seguramente si dejáramos de mirar nuestro propio
ombligo, nos daríamos cuenta de que todos somos iguales: oriente y occidente,
norte y sur. En el fondo todos queremos vivir en paz.
Nuestra cultura occidental ha hecho que
interioricemos pensamientos y asumimos decisiones de forma que, para nosotros,
parece lógica. Lola López nos puso el ejemplo de África: la estructura mental
de los africanos hace que estén más preparados para cosas relacionadas con la filosofía
y la espiritualidad. Tienen un pensamiento más complejo.
Tenerlo claro
Para todo aquél que quiera hacer, hace o
tenga intención de cooperar, es interesante tener claro la idea de que ir a
ayudar no significa ir a enseñar tu manera de hacer, en este caso la
occidental. Porqué detrás de enseñar se esconde un imponer. Tenemos la mala
suerte de estar inmersos en una cultura donde el individualismo es una de las
claves. “La noción de nosotros mismos acaba en nosotros mismos”. Y fuera de
nosotros mismos hay un mundo que se nutre de una riqueza cultural extrema.
Donde la gente vive en grupos y ya existe cooperación entre ellos.
Con el colonialismo dimos el primer paso para
cargarnos la riqueza cultural del mundo. La globalización ayudo a crecer la universalidad
occidental. Y con la cooperación se puede llegar a tender a cometer el mismo
error. “A veces nuestra solidaridad se
entiende a renunciar a lo secundario para compartirlo”. También caemos en
el error, tal y como dice Lola, de fijarnos excesivamente a lo que nos
diferencia y no en lo que nos une.
Escuchando a Lola López lo vi claro, nos
creemos superiores y queremos ir a ayudar a que sean iguales que nosotros.
Hablo en primera persona porqué hablo en general. Y ella continua poniendo
ejemplos… Des de occidente existe el paradigma de la África Negra: nos creemos que allí no hay nada. Que por no haber,
no hay ni coches. Entonces, des de nuestros cómodos sofás pensamos “como allí
no hay nada, cualquier cosa vale”. Y aquí es donde entran las críticas a la cooperación asistencial, que se nutre
de la misma premisa.
De hecho, existe el subdesarrollo, también,
por “culpa” de occidente: por el mero hecho de comparar. En el momento en que
se decidió que occidente era desarrollado, automáticamente todo lo que no era
occidente era subdesarrollado. Y como lo nuestro tiende a ser lo bueno y el
modelo a seguir, lo subdesarrollado era malo porque no eran como nosotros.
Nuestro
etnocentrismo cultural (considerar que lo nuestro es lo mejor, y que debe de ser para todos)
nos ciega. Y eso nos impide, al
mismo tiempo, poder ayudar de la manera más correcta posible.
No quisiera que este post fuera una crítica a
toda la cooperación, pero hay cosas que se deben mejorar y tenemos que ofrecer
una mirada crítica para poder arreglar las cosas. La cooperación con copartes,
por ejemplo, es clave para solventar las
necesidades de algunos pueblos a su manera, pero con nuestra ayuda. “No
debemos llevar nuestros conocimientos como modelo a seguir”. Hemos de ser
capaces de salir de nuestro individualismo y empezar a sentir la colectividad.
En este post he hecho una mención especial a la
antropóloga Lola López, del Centre d’estudis Africans, que me motivó más a
introducirme en la “anti-cooperación” como concepto y la cultura etnocentrista.Aquí os dejo un vídeo de la antropóloga donde explica la clave de la educación en la diversidad:
Enlaces de interés
No hay comentarios:
Publicar un comentario