martes, 19 de febrero de 2013

Hemos retrocedido


Hace dos meses que me exilié laboralmente en Dinamarca. Soy licenciada en periodismo y especializada en cooperación internacional. La perspectiva de tener un trabajo en el extranjero siempre había entrado en mis objetivos en la vida, pero no de esta manera. No viéndome obligada por culpa de un sistema político y financiero envenenado y de una clase política española desgraciadamente vergonzante. Así que mis amigos y mi familia están muy orgullosos de que esté viviendo esta experiencia. A mi me da rabia la forma; me he visto obligada ya que no hay trabajo.
Como catalana, española o ciudadana de la península ibérica que soy, me preguntan constantemente si es verdad que en España estamos tan mal como se dice. Y les contesto que si, que estamos mal. Entonces el diálogo siempre se reconduce hacía una segunda pregunta: ¿Igual que en Grecia? No lo sé, pero estamos mal.
 Hablando con un alemán se queda sorprendido cuando le digo que tengo estudios y que estoy trabajando como aupair. Encaminamos la misma conversación anterior y al preguntarme que cuál creo que es lo que ha pasado en España, le digo de broma, pero en verdad, que la culpa es de la Merkel. Él, sorprendido, se ríe y me dice que no es justo, que a ver si nos estaremos volviendo como los griegos que echamos la culpa de todo lo que nos pasa a Alemania, cuando Merkel está intentando mantener Europa unida. Y aquí me deja el mejor trampolín para mi respuesta: quizás la salida de la crisis es salir del euro. Me contesta que no lo sabe y le replico con lo mismo, que tampoco lo sé. Pero que es cierto que en España tenemos bastantes problemas internos como la corrupción en los partidos políticos (aquí en el norte les parece un tanto increíble).
Sobres, cuentas en suiza, duques empalmados, micrófonos en mesas de restaurantes, eres sospechosos en andalucía, dinero negro que se traspasa des de Andorra... Nadie está a salvo. No estamos a salvo en las manos de esta clase de gente que nos gobierna. La gente dice que es clase política, porque la gente con dignidad o que lucha para llegar a fin de mes es clase obrera, directamente. Estamos volviendo a tener solamente dos clases. Y solo hay una que puede llegar a gobernar: los que tienen dinero se dedican a la política, los que no tenemos esta suerte nos toca ir luchando para poder mantener nuestras vidas a flote mientras soportamos que nos meen en la cara. ¿Hasta donde debemos aguantar? Son muchas las mareas que inundan las calles de Madrid. Ese Madrid donde me gustaría estar ahora mismo, luchando para pedir (vaya tela) que nos devuelvan los derechos fundamentales que nos están quitando: educación, sanidad y vivienda, principalmente.
A vosotros que estáis allí luchando os digo que tenéis todo mi apoyo y el de muchos exiliados más, y a los políticos que están jugando con nuestras vidas, se os debería caer la cara de vergüenza y dimitir tendría que ser vuestro verbo prioritario, pero "nos consta" que preferís decir que no sabéis nada o atacar a los del otro partido.
 Mucho me temo que hemos vuelto a tener las 2 Españas; la que viene del pasado franquista y la que viene del pasado de la represión. Y ahora, más que nunca, está quedando claro que el proceso de la transición Española no ha funcionado en absoluto.

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