Para mí, desarrollo significa la garantía universal de los derechos humanos para toda la población mundial en sus tres categorías: derechos político-civiles, los económico-sociales y los medioambientales. Con el objetivo de una mejora de la calidad de vida de las personas
Desarrollo no es equiparable a la riqueza económica-monetaria
o al grado de industrialización que tiene un país, sino en la calidad y
condiciones de vida de sus ciudadanos. Y saber diferenciar calidad a nivel de
vida.
Se
trata de un concepto que surge después de la segunda Guerra Mundial, donde se
empezó a comparar a los países: unos más “atrasados” que otros (las
comparaciones nunca fueron buenas) en términos industriales como motor de
crecimiento económico. Y aquí es donde podría empezar otro debate; ¿el
crecimiento económico se compara al nivel de desarrollo del país?
La
cuestión es que después de la segunda guerra mundial, el bloque de países que no
se situaban en ninguno de los dos grandes bloques de aquél entonces, el
capitalista o el comunista se les llamó países del tercer mundo. No pertenecían
a ninguno de los dos primeros. Además, todos ellos tenían un denominador común:
la mayoría eran antiguas colonias, ser poco industrializados, tener fuertes
déficits sociales o tener fuertes presiones demográficas entre otras cosas.
Desarrollo
se asocia a los países capitalistas, el no-desarrollo a los del tercer mundo.
Desarrollo
y crecimiento
Entonces
nace un problema que a mi parecer es muy grave: asociar el desarrollo al
crecimiento económico. Partiendo de la idea de que la economía se basa en la
gestión de los recursos, no se puede asimilar un crecimiento indefinido, puesto
que al ser limitados llegará un momento que no se podrá crecer más y se entrará
en una crisis conceptual.
Asimismo
entramos también en la debacle de que para sostener nuestro crecimiento estamos
limitando el propio desarrollo de otros países. Tanto si se habla erróneamente de
desarrollo como crecimiento económico e incluso más importante, también se
limita si se habla de desarrollo como concepto de calidad de vida a una gran
parte de la población mundial.
Está
claro que los humanos no sabemos gestionar. La avaricia de quienes tienen más y
no paran de querer está terminando de estropear lo que hay: y la deuda externa
no queda absenta de esto, ya que afecta a tantos países. Ahora nosotros lo
sabemos más que nunca, y es consecuencia de esta mala gestión.
No
viene de nuevo
Esta preocupación
quedó reflejada en el informe del club
de Roma de 1972. Donde se reunieron grandes personalidades, académicos,
investigadores y políticos, con el objetivo de investigar y alentar métodos o
interesar a grupos influyentes sobre las perspectivas de la crisis en progreso que
estaba, y está, afectando al medioambiente. El informe presentado por Dennis Meadows y titulado “Los límites
del crecimiento” despertó preocupaciones y polémicas. Y
dio una visión alarmista y determinista del futuro. Según este informe, si se
mantienen las tendencias actuales de crecimiento tal y como se conocen hoy en
día, el planeta alcanzará los limites en los próximos 100 años. Bueno, más bien
menos, ya que ya han transcurrido más de 25 años del informe.
Está
claro que el concepto de desarrollo se debe de unir con el de
la calidad de vida de la población y la garantía de los derechos humanos universales.
Se debe entender como una cuestión social y no como una cuestión económica.
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